martes, 10 de noviembre de 2009

20 años desde otra perspectiva


Detrás de los fastos con los que se ha celebrado el 20 aniversario de la Caída del Muro de Berlín se percibe una imperiosa necesidad del sistema capitalista de reafirmarse como único modelo posible a pesar de la actual y brutal crisis económica. Por ello, han convertido esta efeméride en un canto a la supuesta libertad del libre mercado y en una especie de aviso sobre los supuestos males del pasado comunista de Europa.

A pesar de ello, en las propias crónicas se podía percibir entre líneas datos que matizan esta euforia. Sin dejar de reconocer que la Revolución de Octubre de 1917 se pervirtió con el paso de los años y no supo resolver la dicotomía libertad-justicia social, no puedo dejar de reconocer avances al otro del tan denostado Muro de Berlín y consecuencias negativas en el otro.


Una ciudadana de la antigua RDA (Alemania del Este) comentaba que tras 20 años se encontraba decepcionada con su nueva vida en el sistema capitalista. Comentaba en una emisora de radio que tras los primeros meses en las que se vio impactada por la posibilidad de poder elegir entre diferentes productos en los supermercados, encontró una realidad dura y gris: la subida del paro por la desmantelación de la antigua industria, la precariedad laboral de los jóvenes, la bajada de la calidad de la Educación y de la sanidad, el recorte de los derechos sociales que tenían asegurados.


En el otro lado del muro, en el de la Europa Occidental, los cascotes de éste se han caído sobre los trabajadores y trabajadoras, sobre el Estado del Bienestar y sobre la izquierda transformadora. Los primeros han visto como se han transformado en una mercancía más dentro del mercado laboral y el Estado del Bienestar se ha ido desmantelando de forma acelerada en los últimos 20 años al no existir una contraparte que equilibrada la necesidad de corregir los desmanes del capitalismo.


Por último, la izquierda europea y especialmente la socialdemocracia se ha encontrado en una crisis política debido a la pérdida de identidad tras asumir acríticamente el discurso neoliberal imperante desde 1989. La otra izquierda, la comunista o poscomunista, ha resistido en las trincheras el vendaval y ahora mira a América Latina como una nueva forma de construir una alternativa al sistema actual.


El socialdemócrata Fernando de los Ríos en 1920 visitó la URSS y durante una entrevista con Lenin le preguntó a éste por la libertad, el líder soviético le respondió que libertad para qué. Ayer, tras asistir a las grandes celebraciones, un periodista de una web alternativa alemana que se coló en la recepción posterior le preguntó a un banquero por la justicia social y la igualdad tras la caída del muro, éste le respondió ¿igualdad para qué?

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