miércoles, 23 de septiembre de 2009

Garzón y la Memoria Histórica.

De las noticias más incomprensibles que se han generado en las últimas semanas nos encontramos, sin duda alguna, con el proceso judicial abierto por el Tribunal Supremo contra el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. Un proceso que no está relacionado con ningún supuesto delito de éste o con su connivencia con la mafia marbellí. No, no es así, Garzón simple y llanamente ha querido abrir una causa general contra los crímenes de la Dictadura de Franco. Un pecado que le ha costado la imputación por un supuesto delito de prevaricación, a raíz de denuncia del grupo de extrema derecha ‘Manos Limpias’.


Es cierto que Baltasar Garzón ha pecado en muchas ocasiones de estrella justiciera, pero creo que en esta ocasión no es así. Para mí y para todas las personas que trabajan en el movimiento para la Recuperación de la Memoria Histórica, el juez se ha topado en su labor con una Justicia enraizada en el anterior Régimen, que le ha impedido investigar uno de los mayores genocidios de la historia de España. Con sólo mirar las carreras y el origen de los grandes magistrados de este país se puede encontrar una explicación sobre todo esto.


Además, estos hechos demuestran una vez más que la Transición “modélica” está basada en el silencio de una parte de las víctimas, de seguir siendo el único país del mundo con más de 100.000 represaliados en cunetas y fosas comunas. También que la Ley de Memoria Histórica fue corta y limitada para los que quieren dignificar a sus familiares muertos por defender la democracia y la libertad.


Garzón tiene dos espinas clavadas en su carrera profesional, la no extradición de Pinochet en 1998 y, ahora, la imposibilidad de investigar los crímenes de Franco. Esperemos que por lo menos no tenga que encima ser enjuiciado por todo esto.



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