miércoles, 23 de septiembre de 2009

Muchas buenas palabras frente al Cambio Climático

Nueva York acoge estos días una Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático que tiene como objetivo preparar la Cumbre del Clima que en diciembre se celebrará en Copenhagen (Dinamarca). A la cita han acudido líderes mundiales de primer orden como el presidente de los EEUU, Barack Obama, el máximo mandatario chino, Hu Jintao y el jefe del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero. De momento, éstos y otros han llegado con muchas palabras y pocos compromisos. Lo triste es que en más de una década no se hayan cumplido ni de lejos las reducciones de CO2 planteadas por el Protocolo de Kioto. Aunque tranquilos ya están dispuestos a firmar otro. Analicemos lo que dicen y contrastemos con la realidad.

Obama y China

Hablo de Obama porque es absurdo mencionar hasta este momento a EE.UU en esta materia ya que, después de los 8 años de Bush y los últimos de Clintón, este país aún no ha ratificado ni siquiera el Protocolo de Kyoto, por lo tanto, imaginen los “avances” que se han podido poner en marcha desde la hasta hace poco primera potencia contaminadora del Mundo. En cuanto a Obama decir que de momento ha hecho una declaración de intenciones sin plazas ni cifras de reducción ni compromisos. Esperemos pues.

En cuanto al gigante chino, Jintao se ha comprometió a reducir "de forma considerable" las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por unidad de su Producto Interior Bruto (PIB). Por supuesto, sin que esto afecte al fuerte crecimiento económico del país asiático, un crecimiento que ha convertido a China en la primera potencia en producción de CO2 del planeta.

Un dato a tener en cuenta, China y EEUU producen el 40% de los gases que producen el cambio climático.

España

Por la Gran Manzana también se ha paseado el presidente español y ha llevado en la maleta una nueva propuesta, destinar el 0´7% del PIB a la investigación en energías limpias y tecnologías que permitan combatir el actual proceso de degradación climática. La verdad es que suena bien, el problema es que si después de casi 20 años reclamando el 0’7% del PIB para la ayuda al desarrollo solo se ha conseguido alcanzar el 0,15% de media entre los países desarrollo, cómo se va a pedir esta nueva inversión humanista.

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