¿Hay algo más poético que saludar el día con el olor a mosto y a uva recién prensada? Creo que no. Por eso quiero dedicar este amanecer de otoño a la cultura del vino de mi tierra. Cultura milenaria que hunde sus raíces en la Grecia de Dionisios y en la Roma de Baco. Vino en decadencia que espera triunfar como triunfó el rey de los Borrachos que aparece en este cuadro del gran pintor sevillano Diego de Velazquez y Silva.
Óleo donde el semidios libera al hombre de sus cadenas diarias a través del sagrado elixir y la música. Ahí está Baco, colocando a uno de los siete borrachos una corona de parra mientras mira al público que le observa y le dice “ven y disfruta, vive el momento, es tiempo de vendimia y mosto, de gozar de los caldos de esta tierra, de sus olores y sus pálidos colores, de su sabor y sus sugerentes movimientos en ésta, la copa de la vida”. IN VINO VERITAS.
Óleo donde el semidios libera al hombre de sus cadenas diarias a través del sagrado elixir y la música. Ahí está Baco, colocando a uno de los siete borrachos una corona de parra mientras mira al público que le observa y le dice “ven y disfruta, vive el momento, es tiempo de vendimia y mosto, de gozar de los caldos de esta tierra, de sus olores y sus pálidos colores, de su sabor y sus sugerentes movimientos en ésta, la copa de la vida”. IN VINO VERITAS.
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